Por unanimidad, la Cámara de Diputados aprobó ayer la "Ley Justina" que establece que todas las personas mayores de 18 años sean donantes de órganos o tejidos, salvo que en vida dejen constancia expresa de lo contrario.
“Desde hace 10 años nos rige la ley de donante presunto, donde aquellas personas que no tenían manifiesta su voluntad de donación se le consultaba a la familia el testimonio de última voluntad”, explicó el médico.
Por lo tanto, lo que se modifica “es que toda persona mayor de 18 años que no haya hecho expreso su negativa, es un donante”, señaló.
Con respecto a la Ley, destacó que “se le da un le da un marco legal con fuerza de ley, a la actividad que venimos realizando que es la capacitación del recurso humano, porque aparecen nuevos conocimientos y nuevas tecnologías que hacen imprescindible estar actualizados”.
De manera que, “todo el personal hospitalario que esté involucrado en los procesos de donación y trasplantes, tienen que estar al tanto de cuáles son los procedimientos y las normas vigentes”, añadió.
Otro punto a destacar de la Ley Justina es la creación de los servicios de procuración, “que hay que adaptarlos a cada uno de los hospitales y las provincias, para que cada proceso que incluye la detección temprana del potencial donante, el diagnóstico de muerte cerebral y el mantenimiento de ese donante hasta llegar a la ablación de órganos y tejidos, pueda realizarse sin inconveniente”, explicó.
Con respecto al dónate para el trasplante renal, la ley incluye la donación en forma cruzada, lo que implica que un donante vivo no emparentado no requerirá la intervención de un Juez para la realización del trasplante.
El proyecto, que recibió 202 votos afirmativos, está inspirado en el caso de Justina Lo Cane, una menor de 12 años que murió en noviembre pasado en la Fundación Favaloro mientras aguardaba un trasplante de corazón.