El Síndrome Urémico Hemolítico es una enfermedad grave que se transmite por los alimentos y afecta principalmente a las infancias. La higiene es clave.
“El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad transmitida por los alimentos (ETA), que se caracteriza por producir hemólisis, rotura de los glóbulos rojos y afectación del riñón principalmente, además de otros órganos”, explicó la pediatra del Ministerio de Salud, Miranda Muñiz.
El principal agente causal es una bacteria llamada Escherichia Coli, productora de toxina Shiga (STEC) que se encuentra en el intestino de rumiantes (vacas, ovejas, cabras). Suele estar presente en la materia fecal de animales y personas, y que afecta el sistema renal y urinario de los humanos.
Es muy peligrosa en menores de 5 años, pero niños y niñas más grandes y adultos también pueden padecerla, y se da mucho en época de verano.
La Escherichia llega a la superficie de la carne por contaminación de la materia fecal en el proceso de faena o su posterior manipulación.
Otros alimentos como vegetales y leches pueden estar contaminados con la materia fecal de los animales, por abonos no tratados o por las aguas de riego contaminadas.
Los contactos de persona a persona son una forma de transmisión importante por vía oral-fecal.
Sus síntomas iniciales generalmente son diarrea, a veces con sangre, fiebre y/o vómitos, decaimiento y deshidratación, que luego puede evolucionar a una falla en los riñones.
“Es importante qué ante cualquier situación de diarrea, sobre todo con sangre, se concurra a la consulta médica, porque los niños suelen comenzar con un cuadro que no es muy llamativo, pero puede seguir con vómito, fiebre, pueden dejar de hacer pis, estar pálidos, cansados y sin apetito, todo es un signo de alarma”, alertó Muñiz.
La Jefa del Departamento de Protección de alimentos de Salud, Karina Haritchabalet, destacó que la higiene de los alimentos y personal, es clave para la prevención.
“Hay que cocinar completamente las carnes, especialmente la carne picada y sus preparaciones derivadas (hamburguesas, albóndigas, empanadas, pastel de carne). Observar que no haya zonas rosadas en el interior y que los jugos sean claros”.
“Lavarse las manos con abundante agua segura y jabón antes y después de preparar los alimentos, las mamaderas o alimentar al bebé; luego de ir al baño, acompañar a niños al baño, después de cambiar pañales; luego de tener contacto con animales domésticos o de granja”.
También “lavar cuidadosamente bajo el chorro de agua segura, verduras y frutas, aunque las vayas a pelar. También con abundante agua y detergente las tablas y utensilios especialmente luego de manipular carne cruda”.
“Usar agua segura. Si tenés dudas si el agua es potable, herví 5 minutos, o agregale dos gotas de lavandina por cada litro de agua y esperar 30 minutos para su consumo. Conservar en recipiente estéril con tapa”.
“Mantener los alimentos crudos separados de los alimentos cocidos y los listos para consumir. En la heladera guarda las carnes en recipientes con tapa en los estantes inferiores; los alimentos cocidos o listos para consumir en los estantes superiores y los huevos en recipientes separados”.
Utilizá diferentes tablas para picar y cortar carnes crudas, verduras y alimentos listos para consumir. Si usas la misma lavala bien luego de utilizarla con cada tipo de alimentos.
Guardá rápidamente los alimentos perecederos en la heladera/frezzer luego de su compra.
No dejes los alimentos fuera de la heladera por más de dos horas, si los llevas fuera del hogar (picnic, playa, etc.) hacelo en cantidades que vayas a consumir y siempre refrigerados.
Descongelá los alimentos en heladera o microondas.